¿Domótica sí o no? ¿Leds o bajo consumo? ¿Una iluminación uniforme o una zonal en función de los usos que les des al salón?
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Tener claro el uso que le vas a dar a tu salón…
Si tu salón es el principal entorno que usas para relacionarte y realizar todo tipo de actividades, necesitas una iluminación acorde a cada una de ellas. Debe ser cómoda, flexible y regulable de intensidad sin olvidar el poder de la luz del sol.
Si quieres acertar, haz el ejercicio previo de pensar qué sueles hacer en él. Lo importante no es solo la cantidad de luz natural que recibe el salón, sino cuándo deja de recibirla. Es entonces cuando entra en juego la iluminación artificial.
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Iluminación en el salón
Para el salón, la mejor forma de proporcionar una luz idónea es mediante una lámpara de techo de luz general ( https://www.elcorteingles.es/hogar/iluminacion/lamparas-de-techo/ ) : te permitirá igualar los contrastes entre luz y sombra del resto de fuentes de iluminación. Además, proporcionará luz ambiental acogedora y perfecta para las charlas con los amigos que duran hasta tarde.
El salón, por norma general, es una zona para relajarse y relacionarse: cuando estamos en el salón buscamos un espacio distendido, por eso, un truco de decoración sería optar por lámparas de luz difusora ( http://www.polimertecnic.com/plasticos-industria/muebles-e-iluminacion/ ) o de luz directa con un regulador de intensidad dependiendo del ambiente que más os guste a la hora de estar en casa.
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Dale luz a la zona de sofá
La luz debe ser indirecta, regulable, cálida y suave (de unos 20 W). Si iluminas desde el techo lo ideal es que instales leds en el perímetro del salón, para que la luz se reparta por toda la estancia.
Las lámparas de apoyo son fundamentales para cuando no necesites la luz general de techo, coloca lámparas de sobremesa en las mesas auxiliares junto al sofá o, si no tienes mesa, puedes usar de pie. En cualquiera de los dos casos, conseguirás un toque más en la decoración de tu salón.
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No olvides el área del televisor
El televisor suele ser el centro de atención del salón. Debes elegir una iluminación indirecta y muy suave, porque si hay mucha contaminación lumínica tendrás problema en ver el monitor con posibles reflejos en la pantalla. Compensa la intensidad de la pantalla con una lámpara de luz suave cerca o detrás de la tele (actualmente, ya existen en el mercado televisores con retroiluminación de serie https://www.youtube.com/watch?v=TLZ6doo2Gd0 ): reducirás la presión en los ojos por el cambio de intensidad. Si dispones de un televisor plano, instala una tira de LED a su alrededor y tus ojos estarán tan descansados como cuando estás en el sofá.
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La iluminación para el comedor
Es habitual encontrar la zona del comedor anexa o dentro del propio salón. Esto es importante tenerlo en cuenta a la hora de configurar la distribución de las fuentes de luz de dichas estancias. Lo básico a tener en cuenta es que la mesa debe ser el centro de atención.
Instala una lámpara de techo que ilumine toda la superficie de la mesa. Elígela de unos 3.000 K para que no influya en el color de la comida. Si es una mesa larga, posiblemente necesitarás dos o más lámparas.
Lo recomendable es que la lámpara cuelgue a unos 70-75 cm de la mesa. Las hay regulables en altura, para ajustarlas a otras actividades.
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Tú rincón de lectura
En esta zona, una lámpara de lectura https://interiorismos.com/consejos-para-elegir-lamparas-para-el-estudio-o-la-lectura/ adecuada es aquella que proporciona un haz de luz concentrado en un área limitada con la posibilidad de ser orientable y poder regular su altura. Lo ideal es una lámpara de pie, con leds o bajo consumo de unos 40-50 W. Evita los halógenos porque desprenden calor frontalmente y resultan molestos en distancias cortas. Elige una luz cálida, la fría refleja más y es incómoda para leer. http://www.blog.lamparas.es/como-iluminar-las-zonas-de-lectura-en-casa/
Si tienes una librería, puedes optar por focos de intensidad baja (20 W) –uno por cada cuerpo de librería– o por una tira de leds que bañe cada balda.
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Zonas de almacenaje
El salón tiene una parte destinada al almacenaje de libros, vajilla o cuadros y otros objetos decorativos. Iluminar estas zonas proporciona una doble función: por una parte, encontrarás lo que buscas con solo echar un vistazo porque nada quedará en la sombra; por la otra podrás destacar tus objetos favoritos para que sean los protagonistas de la estancia, aunque estén en un rincón. Elige LED para estos focos y lo notarás también en tu factura de la luz.
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¿Domótica sí? O ¿domótica no?
Aprovecharnos de las ventajas de la domótica es algo crucial. Ésta te permite, con un solo click, escoger la iluminación que más se adapte a ese momento. Por ejemplo, luces para relajarte, para visitas o para trabajar creando sensaciones, placer visual y asegurando en todo momento el confort lumínico.
Este sistema ofrece un gran ahorro energético. Gracias a la domótica puedes regular la potencia de las fuentes de luz. Es decir, puedes ‘transformar’ una bombilla de 100 w en una de 40. Con ello consumes un 60% menos y, además, alargas su vida útil. Con un regulador controlas la intensidad, pero la potencia es la misma, por lo que el consumo será también el mismo. Aunque posiblemente la inversión sea un poco costosa hay que tener en cuenta que, al controlar la potencia, reduces drásticamente el consumo y, en consecuencia, la factura final de la luz.
Un sistema domótico encarece un 25% la partida de la instalación eléctrica, pero se recupera con el bajo consumo.
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Elige bien las lámparas
– Mezcla estilos. Desde diseños contemporáneos hasta lámparas del rastro. Se lleva crear un estilo diferente y único para cada espacio. Evita poner todas las lámparas iguales.
– Lo natural. La moda por lo vintage va a la baja en pro de lo artesanal: pantallas hechas con tejidos naturales, pies de madera recuperada… Es el retorno a los orígenes.
– El material de la pantalla de la lámpara influye en cómo ilumina una bombilla. Un difusor metálico o de vidrio dará una luz más fría, mientras que uno de tela será mucho más cálida.
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Controla la luz
Aunque tu salón sea pequeño, son muy prácticos los interruptores conmutados, ya que permiten controlar las luces desde dos o más puntos de la estancia.
Antes, conmutar interruptores significaba pasar cables y hacer obras. Pero hoy, los nuevos diseños por radiofrecuencia –funcionan con un receptor inalámbrico– ahorran el cableado del interruptor evitando tener que hacer obras.
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Pásate al led
Hoy en día las bombillas led reproducen casi en un 99% la temperatura de color de las bombillas tradicionales y, además, están disponibles en todos los formatos, desde la tradicional rosca hasta las tipo vela o las dicroicas. Uno de los puntos débiles de los leds era que no se podían regular, pero hoy en día ya es posible. Pero ojo, porque no todos los que venden lo son. Asegúrate antes de comprarlos. Eso sí, son más caros.
Lo barato sale caro. Seguro que comparando precios has dado con leds de menos de 10 € y otros de más de 20 €. Esto no es casual, ya que hay diferentes calidades de led. La calidad determina su vida útil y cómo de constante es su color durante dicha vida. Lo importante antes de elegir uno u otro es comprobar las horas de vida. Uno de calidad ronda las 50.000 horas, mientras que uno de baja calidad puede estar sobre las 20.000 y su temperatura de color no será constante, es decir, durante el encendido su color variará, resultando muy molesto.
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Regula la luz con las cortinas
No te olvides de la luz del sol. Durante el día, tu salón radiará si usas unas cortinas finas que mantendrán toda tu intimidad, pero dejando que la luz dé vida a cada uno de los rincones de tu hogar. Además, el material que elijas para las cortinas te ayudará a regular la temperatura de la estancia: elige unas más tupidas para no dejar entrar el frío en invierno y otras más translucidas en verano para que el sol llene de calidez tu hogar.
Para que no te queden dudas:
- Luz general con varias luces. Evita iluminar siempre con la misma fuente de luz: ni todo leds ni todo halógenos. Es importante crear sensaciones y con una sola fuente de luz la iluminación sería plana y pobre.
- Luz ambiental cálida y regulable. Combina diferentes lámparas (junto al sofá, sobre una cómoda…) con las que crear escenas diferentes, y que se puedan regular. Un consejo: elige fuentes de luz cálidas (de unos 2.700 K).
- Destaca con luz puntual. ¿Quieres destacar un cuadro? Puedes hacerlo con apliques o con focos en el techo. Otros elementos que puedes destacar son esculturas, la librería o algún mueble especial.
Mini diccionario de iluminación
- Lumen (lm). Es la unidad de medida de la cantidad de luz que emite una bombilla. Es la que marca su potencia.
- Lux (lx). Es la cantidad de luz (lumens) que tiene 1 m². Es la sensación de luminosidad que nos da esa estancia. Para el salón se aconsejan entre 100 y 300 lux (o lumens/m2).
- Vatios (W). Es la información sobre el consumo de la
No todas las bombillas consumen los mismos vatios (W), a pesar de tener la misma intensidad de luz. Una incandescente necesita 40 W para dar 400 lúmenes, mientras que una Led solo consumirá 8 W. - Temperatura de color (K). Mide la tonalidad dominante de la luz. Puede ser cálida (menos de 3.300 K, de tonos amarillentos o rojizos) o fría (más de 5.000 K), más blanca y azulada. Para iluminar el salón lo ideal es la luz cálida.